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LA CURACION ESENIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA CURACION ESENIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este libro intenta reflejar, más que un método de curación, toda una filosofía de vida.

El mundo esenio contemporáneo a Jesús es analizado en profundidad y se toma como punto de partida hacia el carisma espiritual que todo sanador debe conquistar en este tiempo de testimonio.

La Asociación Adonai para la Fraternidad Cósmica desea por medio de este trabajo contribuir a la formación interior de parte de su colectivo, en la práctica de la sanación y consuelo del ser humano.

 

 

 

Este libro se   ha   realizado   con    aportaciones  voluntarias para la  distribución  interna  de la Asociación Adonai para la  fraternidad Cósmica, por tanto no puede ser vendido.

Las aportaciones “siempre voluntarias" ayudarán a la confección del siguiente.

 

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“.El paralítico se quedó suplicando al Maestro con una mueca de dolor y postración.

Todos los presentes deseaban el milagro, y la excitación del momento les hacía fijar su mirada inquisitoria sobre Jesús, que dijo:

Perdonados te son tus pecados...

Casi con rabia los que asistieron al hecho replicaron:

¿Cómo curas sus pecados si el hombre tiene necesidad de alivio para sus males del cuerpo?

En verdad, en verdad os digo, que si no curareis el alma del enfermo, jamás sanaréis el cuerpo.

Y con paso quedo y mirada perdida, El Enviado se alejó del lugar seguido por el júbilo del paralítico que se veía en pie y totalmente seno de alma  y cuerpo.''

Todos los presentes deseaban el milagro, y la excitación del momento les hacía fijar su mirada inquisitoria sobre Jesús, que dijo:

Perdonados te son tus pecados...

Casi con rabia los que asistieron al hecho replicaron:

¿Cómo curas sus pecados si el hombre tiene necesidad de alivio para sus males del cuerpo?

En verdad, en verdad os digo, que si no curareis el alma del enfermo, jamás sanaréis el cuerpo.

Y con paso quedo y mirada perdida, El Enviado se alejó del lugar seguido por el júbilo del paralítico que se veía en pie y totalmente seno de alma  y cuerpo.''

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PROLOGO

 

 

En esta ocasión voy a presentaros un nuevo trabajo, que como todos los míos, parte de muchas cosas aparentemente dispersas y no conexionadas para al final construir más que un método o manual de sanación esenia, toda una filosofía de ser y de operar con las energías naturales. Para ello he seleccionado artículos y trabajos editados por mí en otros libros o vertidos en el boletín de la Asociación Adonai para la Fraternidad Cósmica, junto con              los editados por otros autores pues todos somos pequeños maestros de nuestras pequeñas cosas y si por separado poco abarcan, todas juntas pueden abrirnos la puerta a una nueva alternativa de vida; en definitiva, de eso se  trata , de crear una conciencia  próxima al mundo esenio contemporáneo, al tiempo del Maestro Jesús, pero lógicamente en su espíritu y no en la forma, dado que el siglo XX nos ofrece cambios y enseñanzas experimentadas por estos dos mil años de errores y de aciertos humanos.

Probablemente para conocer a los "monjes del desierto" deberíais todos leer los numerosos trabajos del eminente autor Dr.Edmond Bordeaux Székely y en cualquier caso la obra titulada  "El Evangelio de los Esenios   de la Paz".

Es esta obra por si sola a pesar de su corta extensión, todo un tratado de medicina natural y una visión absolutamente maravillosa del              verdadero Jesús. Pero no un Jesús fenoménico o milagrero, sino un ser consciente de la de integración humana en el entorno y de la vinculación de cada ser viviente a las fuerzas básicas de la naturaleza y a los poderes Superiores fuera del planeta.

Pienso sinceramente que es una obra de tener en la mesilla y de leer y releer pues siempre es nueva aun leyendo la mil veces. Siempre es bueno recordarse uno mismo que existe la simplicidad, la placidez y el dictado intuitivo interno y natural que te hace caminar por la Ley. Esta obra nos enseña con lenguaje sencillo a caminar a medias entre lo alto y lo bajo, entre el padre Superior y la Madre material inferior, entre el cielo y el infierno, entre la virtud y el pecado, pero esta enseñanza no requiere de misterios teológicos ni de dogmas que hay que creer bajo la sombra del poder inquisitorial de todas las doctrinas; ¡no señor!, simplemente habla a lo que cada ser sabe. Vale para un sabio y para un cangrejo o un mosquito, pues el Evangelio Esenio es el recuerdo de las procedencias básicas de las energías integradas en el hombre: espíritu y materia. En fin, queda hecha nuestra recomendación respecto de esta obra y sólo nos queda proseguir, no sin advertir antes que al final del libro hemos incluido la narración histórica de Flavio Josefo el historiador contemporáneo a estos monjes que hace un retrato bastante expresivo de la calidad humana de aquella secta.

 

 

 

PRINCIPIOS BASICOS

Los esenios operaban bajo dos principios básicos que eran obvios: por un lado el Sol, donde centraban el poder de las cosas y la morada de los Dioses, idea esta que no sólo pertenece a estos sino a todos los iniciados de cualquier período de la Historia, y la Tierra o Madre de la que nos sustentamos y la que nos soporta en nuestra andadura por el espacio.

Después de estos dos principios operaban a nivel práctico y referido a la sanación con los Ángeles de la Tierra. En realidad eran siete los que estructuraban la escala jerárquica entre el Sol  y  la Tierra.

Tres superiores y que gobernaban el espíritu, el alma              y el cuerpo del Astro y cuatro inferiores que se identificaban con las fuerzas básicas de la Tierra; es decir: el fuego, el agua, el aire y la Tierra. Los tres primeros formaron en la tradición cristiana la idea Padre, Hijo y Espíritu Santo. También conocían el principio septenario del hombre en cuanto que es réplica de Dios, pues como todos sabemos y leemos en los textos sagrados:

"El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios" siendo su  composición básica siete cuerpos interconexionados y expresando los siete planos de existencia; es decir el hombre vive simultáneamente en siete planos de conciencia desde el más elemental o material hasta el más sutil en el espíritu.

Para ellos el Sol no era en sí mismo el Todopoderoso sino el logos del verdadero Padre o Sol Manásico Universal, punto de origen de todo el sistema. E1 Sol nuestro era el hijo de aquel otro pero con las prerrogativas creadoras y tuteladoras sobre todo el mundo de la materia, es como si fuera el hijo del verdadero poder, de ahí que Jesús dijera en su vida pública: "Yo soy la luz del mundo", y evidentemente la luz del mundo referido a la Tierra es el Sol que nos alumbra y del que dependemos totalmente pues sin su luz nuestra vida se apagaría para siempre.

Pero ese Sol o Cristo, como lo llamaremos en nuestro trabajo,              no es Jesús, pues el primero es todo el sistema "Yo soy la vid y vosotros los sarmientos", que se mostró en aquel tiempo en Jesús, 0 bien el Verbo Creador del que todo depende se hizo carne y sangre. Como nos recuerda Juan en su Evangelio, pero Cristo no puede morir pues es la luz que alimenta todo cuanto existe, mientras que pueden morir los sujetos que expresaron su conciencia cristica, como Jesús, Buda o Mahoma por citar algunos De ahí que dentro de la casta esenia se buscara al Mesías 0 enviado del Cristo que les aportara, esa conciencia o enseñanza viva de lo alto, pues ellos eran maestros y conocedores de la naturaleza inferior 0 terrenal encarnada en Juan el Bautista.

Mientras que Jesús bautizaba con el fuego, atributo solar, Juan bautizaba con el agua, atributo terrenal y ambos poderes se encontraron en el Jordán Cumpliendo el misterio correspondiente al paso de la Era Aries a la de Piscis, en igual manera esta época es tiempo del retorno del Maestro para inaugurar la Era Acuario , pero ahora igualmente los esenios han tomado cuerpo para asistir al mismo misterio y otra vez los dos poderes se dan la mano en la acción directa, por esto este libro obedece a una necesidad impuesta por los de Arriba y los de Abajo a fin de recordar en el espíritu dormido de muchos lectores su procedencia y su origen ancestral. En definitiva es un trabajo para mover conciencias y crear inquietudes pues todos debemos asistir al banquete con las vestiduras blancas, dado que el novia esta a punto de llegar.

Cierto día preguntaron a Jesús: ¿es nuestra Madre? y El respondió: 'Vuestra madre está en vosotros y vosotros  en ella.

Ella os alumbró y ella os da vida. Fue ella quien dio vuestro cuerpo y a ella se lo devolveréis de nuevo algún día. Felices vosotros cuando lleguéis a conocerla, así como a su reino. Si recibís a los ángeles de vuestra madre y cumplís sus leyes, “en verdad os digo que quien haga esto no conocerá la enfermedad".

Todo trabajo por tanto tratará de identificar a esta madre tierra de ahí que algunos artículos hablen simplemente de la naturaleza pues es imposible ser un buen sanador si en el alma no palpita viva, la tierra y su  naturaleza. Es necesario crear la conciencia de que cada una de  nuestras células es la recopilación de millones de años de experimentación en el reino mineral, vegetal y animal y una pequeña réplica de nuestra Madre Tierra. Y como conocedores de la naturaleza  maternal  de nuestro cuerpo y de nuestro planeta debemos de saber como principio básico que no se puede matar. El fundador de los Esenios, Moisés, así se lo hizo perpetuar  en sus códigos.

De hecho estos monjes no ofrecían sacrificios a la usanza de la ciudad sacrificando víctimas al Señor.

Eran vegetarianos y  sólo comían lo que la naturaleza o los animales les daban:               miel o leche, frutas o verduras, todo menos matar al animal para comer su carne: "Ordeñar a la cabra y  siempre tendréis leche para vivir, matadla y comeréis una  vez  su carne".

Este era un principio básico al igual que la cocción de alimentos y utilización del fuego como agente de condimentación que estaba desterrado  de              su parca cocina: " No matéis ni a hombres ni animales, ni              siquiera el alimento que lleváis a vuestra boca, pues si coméis alimento vivo, él mismo os vivificará,              pero si matáis vuestro alimento, la comida muerta os matará también. Pues la vida viene siempre de la vida, pero de la  muerte siempre la muerte.  Porque todo cuanto mata, alimentos, mata también a vosotros. Y todo cuanto os mata a vosotros también mata vuestras almas". Sigue diciendo: "Por tanto no comáis nada que el hielo o el agua hayan destruido, los alimentos quemados, helados o   descompuestos quemarán, helarán y corromperán también vuestro cuerpo ... No comáis nada por tanto que haya matado un fuego más fuerte que el fuego  de la vida.

Preparad pues y comed todas las frutas de los árboles, todas las hierbas de los campos y toda leche de los animales buena para comer".

Referido a la sanación que es el objeto de nuestro libro, Jesús recomienda siempre a los terapeutas: "Los ángeles del aire, del agua y de la luz del Sol son hermanos. Les fueron entregados al hijo del Hombre para que le sirviesen y para que él pudiera ir siempre de uno a otro".

En otra ocasión llama al ángel de la Tierra: En verdad os digo que vuestros huesos sanarán. No desesperéis pero no busquéis vuestra curación sino en el sanador de los huesos, el Ángel de la Tierra, pues de ella salieron vuestros huesos y a ella retornarán. Dijo a aquellos de los antiguos tiempos: "Honra a tu padre Celestial Sol y a tu madre terrenal Tierra, y cumple sus mandamientos para que tus días sean cuantiosos sobre la Tierra".

En todo este trabajo quiero integrar al ser humano entre las dos polaridades que lo sustentan haciendo más que un sanador, un filósofo de acción, positiva, pues toda persona que a su voluntad incorpore el amor puede y debe curar sin conocer técnicas más o menos sofisticadas.

Basta acariciar con esa intención sana y armoniosa para que  las energías superiores e inferiores acudan el sanador produciendo el milagro.

El libro que ahora leeréis es un código filosófico más que un sistema y por tanto es el pilar sobre el que se sustentará toda la futura filosofía que vuestros espíritus sabrán identificar a lo largo de vuestra  andadura por la madre Tierra.

Por último debo decir en honor a la verdad que aunque el trabajo puede parecer exclusivamente mío, no sólo no es así, sino que sin la intervención de mis hermanos no podría ver la luz.

Unos cortan el papel, otros realizan la  impresión, y cada uno se predispone en sus pequeñas parcelas para que el parto de este nuevo libro vea la vida.

Gracias por tanto a todos y felicidades de nuevo.

 

Lice Moreno.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA CURACION POR El AGUA

Para comenzar citaré un pasaje del Evangelio de Juan que nos introduce de lleno en este tema: "Así pues, supo el Señor que habían oído los fariseos cómo Jesús hacía más discípulos y bautizaba más que Juan, aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos, abandonó Judea y partió de nuevo para Galilea. Tenía que pasar por Samaria. Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, próxima a la heredad que dio Jacob a José, su hijo, donde estaba la fuente de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se sentó  sin más junto a la fuente: era como la hora de sexta. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: Dame de beber, pues los discípulos habían ido a la ciudad a comprar provisiones.

Dísele  la mujer  samaritana: ¿Cómo tu, siendo judío me pides de beber a mí, mujer samaritana? Porque no se tratan judíos y samaritanos. Respondió Jesús y dijo: Si conocieras el don de Dios y quien es el que te dice: Dame de beber, tu le pedirías a El, El te daría a ti agua viva.

Ella le dijo: Señor, no tienes con qué sacar el agua y el pozo es hondo; ¿de donde, pues, te viene esa agua viva? ¿Acaso Eres tu más grande que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo y de él bebió él mismo, sus hijos y sus rebaños? Respondió Jesús y le dijo: Quien bebe de esta agua volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le diere, no tendrá jamás sed, que el agua que yo le dé se hará en él una fuente que salte hasta la vida eterna. Díjole la mujer: Señor, dame de esa agua para que no sienta más sed ni tenga que venir aquí a sacarla”.

Como hemos leído, Jesús nos habla de un agua “especial”, el agua que quizás solamente él sabia de su secreto. Este elemento manejado por el Maestro era capaz de quitar la sed para siempre y obrar prodigios en la persona. Ahora bien, ¿se está refiriendo a algo simbólico o ciertamente tenía ese agua milagrosa?

Nuestra investigación y el conocimiento de otros tantos datos tradicionales nos hablan de que Jesús había sido educado en una casta denominada "Los Esenios" o "Los Terapeutas". Hombres mitad milagro mitad leyenda que ayudaban a las personas realizando verdaderos prodigios en la mitigación de sus dolencias.

Son estos esenios los que en sus ceremonias. y a modo de receta mágica, utilizaban el agua con sus propiedades más sublimes, y que según se sabe, servía como base a cualquier otro tratamiento. Un líquido manejado con ciertas fórmulas mágicas que nunca pudieron ser reveladas. Ni los romanos al atacar a esta secta y descuartizarla consiguieron arrancar ni uno solo de sus secretos. Su fuerte estructura disciplinaria y su educación férrea conservaron el silencio de su sabiduría iniciática.

 

JUAN BAUTISTA  MAESTRO AGUADOR

Estos esenios llamados también "Los Monjes del Desierto", tenían un verdadero maestro en el arte del conocimiento; un ser que dominaba el agua. Nos referimos a Juan el Bautista, el hombre de la cueva, el santo legendario que era ya un elemento decorativo de aquellos parajes. Consagrado desde el vientre de su madre a ser el ermitaño modelo emulado por su aristocracia y modos austeros.

Desde la cueva al manantial y de aquí al infinito de su imaginación  era la senda que perfectamente conocía aquel eremita moreno, fibroso y de larguísimo fibroso y de larguísimo pelo ensortijado que colgaba a raudales por sus hombros. ¿Acaso sabía este ser que el pelo no se cortaba pues se perdía la fuerza como lo hiciera Sansón?

Era "Nazareo" y por tanto un hombre de Dios que se dejaba el cabello largo, a modo de antena, para entrelazar el saber esotérico de aquella casta. Cuanto más pelo y  mejor dispuesto a modo de "bobinas" – rizos – más  grande era la energía que podía captar y con  ella la sabiduría. Así lo confirmaría después el descubridor  de la electricidad, Edison, que partió de la electrificación del pelo para elaborar lo  que terminó por cambiar el mundo científico.

Este Bautista había sido designado por la Jerarquía Cósmica como el Divino  Aguador  o “Señor del Mundo" a quien le fue confiada la materia en su forma más elemental y primitiva: el agua. No en vano nuestro planeta tiene tres cuartas partes de este líquido elemento y Juan, como Señor del Mundo, bautizaba con él  y limpiaba a las personas sanándolas y restableciéndolas al camino de la salud integral.

Su designación como  "Señor del  Mundo” la descubriría el propio Jesús cuando dijo sobre este ermitaño:               "Ninguno  nacido  de madre  Tierra es mayor que él, pero el   último del Reino de los Cielos es superior a él". Y estableció aquí  las dos jerarquías diferenciadas: Tierra y cielo.

Juan el Bautista dominaba la técnica del  agua y la aplicaba normalmente, los esenios  le alimentaban y le tenían como verdadero maestro y acudían a él para aprender esta refinada técnica.

En este trabajo revelaremos algunas de esas técnicas empleadas por los esenios y que tenían la virtud inmensa de curar el cuerpo, el alma y el espíritu imprimiéndoles una luz especial, ¿cuál? Lo veremos ahora en otra referencia de Jesús: "En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos...

 

AGUA Y ESPÍRITU, ETERNOS SANADORES

La referencia de Jesús a estos dos elementos nos hace combinar de nuevo dos energías o jerarquías: la de la Tierra capitaneada por Juan y la del Cielo capitaneada por Jesús, como Mensajero de la Luz. Efectivamente dos energías básicas que se concentran en el hombre: agua y espíritu. El agua porque la persona, a semejanza de su modelo natural la Tierra es esencialmente el 90% de esta sustancia, y su alma o parte no física, podría considerarse como el espíritu al que se hace mención en el pasaje evangélico.

Es necesario tener la parte material o corpórea del ser en perfecto estado de pureza y que además sea vivificada por el espíritu integro, armonioso y libre de pecado si queremos estar sanos. Lo que ocurre realmente es que es muy difícil sintetizar o meter en un frasco de recetas junto con el agua, este nuevo elemento al que llamamos "espíritu". No obstante nuestro trabajo desea ser un modelo práctico y sin meternos en grandes principios filosóficos trataremos de alumbrar el agua con esa fuerza que sólo un ser puro y limpio puede captarla e introducirla en el fluido vital del liquido para que sea capaz de sanar y de realizar las mismas funciones que realizaron aquellos esenios a los que mencionaremos en muchas ocasiones a lo largo de este tratado de "La curación Esenia".

 

ENERGIA PSIQUICA

Incluiremos aquí un artículo que publicamos y que todavía sigue perfectamente vigente:

"Alguien hace mucho tiempo dijo: "Yo tengo un alimento que vosotros no conocéis... ". "No solo de pan vive el hombre... ".

Desde tiempos ancestrales se conocen las definiciones herméticas por las cuales todo ser vivo funcionaría a partir de una energía, quizás todavía no descubierta en toda su naturaleza, pero realmente efectiva y determinante para interpretar el proceso intelectual de la existencia. Nos estamos refiriendo al pneuma o energía invisible que dirige todo estímulo o forma existencial. De ella dijo Hermes: "El intelecto está en la razón; la razón en el alma, el alma en el soplo o penuma, el soplo al fin penetra a través de las venas, las arterias y la sangre; de esta forma mueve al hombre".

¿Qué es este pneuma o soplo? ¿De dónde sale? ... Ya desde hace mucho tiempo hemos hablado de la energía psíquica emanada por el Sol. Dicha fuerza, que para nosotros es la misma que refirió el Gran Hermes, es la sustancia por la cual se expresa el código de vivencia positiva. Esta energía psíquica es emanada por el cuerpo intelectual del Sol. Recuérdese al efecto que al Astro Rey o Cristo existencial siempre lo hemos definido en tres partes: física, psíquica y espiritual.

La parte intelectual del Sol. que está formada por los Elohim y por su irradiación consciente luminosa, es la que genera esta energía o soplo crístico, a semejanza de las abejas que producen la miel. Partiendo de este ejemplo vamos a expresar  el proceso intelectual del pneuma solar o energía psíquica:

La estructura del macrocosmos está regida por el Espíritu Santo, que como dijimos hace tiempo, reside en el átomo del hidrógeno, siendo el hidrógeno el principio de todos los Soles. A su vez estos Soles son Cristos existenciales, capaces de materializar y hacer intelectual la idea inmaterial que existe desde siempre denominada como "Suprema Inteligencia", " E1 Profundo", "El Espíritu Santo", etc...

Esta orden programática que se emana desde el centro del cosmos y desde su Sol Manasico, viaja a través de los Soles subordinados en funciones y no en jerarquí...

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